13.10.2014
KINFOLK
A MESSY MEAL: EMBRACING
WABI-SABI
Una de
las cosas que más me gusta hacer, es disfrutar de los eventos que la revista Kinfolk
organiza en Madrid, gracias a las Hermanas Arce.
En esta
ocasión se organizó una comida informal en un espectacular ático conocido como Happy Villa Margarita, teniendo como temática inspiradora la estética japonesa wabi-sabi, basada en la filosofía
Zen, donde nada es perfecto, nada es imperecedero y nada es para siempre.
Un
denominador común en todos estos eventos, es el cuidado y mimo que se pone en
todos y cada uno de los detalles, desde la comida, a la decoración floral (de Elena Suarez & Co),
pasando por supuesto por el menaje utilizado, que en esta ocasión fue de la
simpatiquísima Nona Bruna.
La
comida estuvo compuesta por unos entrantes a base de una deliciosa tabla de
quesos, cacahuetes asados con ajo y tomillo, hummus y palitos de zanahoria.
En los
platos principales llegó la grandísima sorpresa de la comida, unos tomates
cherries asados, que aunque intentara describirlos con palabras no les haría justicia… ¡simplemente deliciosos!, mil gracias Alec Lee de La Cantina, en mi tienes ya una fan incondicional de tus tomates.
Tan ensimismada me quedé
con los tomates, que debo decir que no probé casi nada más. Ahora soy consciente
que me perdí el saborear, las ensalada de raíces, las judías hervidas y las
codornices, que tenían un aspecto
riquísimo. Pero en fin… yo seguí con los tomates.
Lo
cierto es que en este tipo de comidas, intentar comer de todo y a la vez
conversar se me hace difícil. Como comentaba anteriormente, se trató de una
comida informal, donde estábamos de pie, o nos sentábamos donde podíamos,
mientas hablábamos y conocíamos al resto de asistentes. Yo personalmente si
estoy hablando, me resulta difícil comer a la vez, con lo que el resultado es
que no termino de probar de todo.
Pero al
menos sí que pude tomar postre… una riquísima tarta de ciruelas rojas,
acompañada de cookies de avellanas y chocolate, además de higos asados en vino.
Y para
finalizar café y té… ni que decir que no hubo más comida en el resto del día.
Pero aún
quedaba una gran sorpresa. Uno de los asistentes, Xisco Rojo nos deleitó con
varios de sus temas musicales, tocados con guitarra y bandurria. ¡Este fue otro
gran descubrimiento de la comida!... y desde luego la guinda del pastel a este
maravilloso encuentro, que siempre te hace volver a casa con una inmensa sonrisa en la cara.